Luis Lozada nació en El Real, estado Barinas. En esas llanuras creció y se crió. Hijo de María Antonia Lozada y Martín Camacho, fue el octavo de nueve hermanos y comenzó su juventud dando serenatas a las muchachas llaneras, fue en el llano practicando su deporte favorito (bolas criollas), que nació su apodo y nombre artístico “El Cubiro”. Aunque también se le conocía como “El Recio del Llano” o la “Voz Eterna del Llano”. Se convirtió en cantante de música recia desde muy joven, haciéndose conocido por radio emisoras y presentaciones personales en Barinas y Portuguesa.
Su grito se extendió más allá de las fronteras venezolanas y le llegaron invitaciones desde Colombia, a donde se fue con su canto de cubiro, a cosechar aplausos y éxitos. En Caracas, donde se aposentó temporalmente el joven Luis Lozada, logró cumplir el sueño de todo cantante: grabar sus composiciones. Fue en 1963, cuando grabó su primer éxito llamando La Boda del Gabán. Después de este joropo llanero, en ritmo de gabán, Luis Lozada se hizo asiduo de los estudios de grabación, a la vez que se plantó firme, ocupando su lugar entre los cantantes de la música recia del llano. Saboreando estas mieles estaba cuando grabó su segundo gran éxito discográfico: El Hijo de Florentino, en el que lo acompañaron los hermanos Oropeza, Eudes Álvarez, Joseito Romero, Antonio Osto, entre otros, con el sello Discomoda. “El Cubiro” grabó pasajes y los diversos ritmos del joropo venezolano (gabán, quirpa, periquera, entre otros), y contrapunteos con J. Romero Bello y Juan de Los Santos Contreras, conocido popularmente como “El Carrao de Palmarito”, contando con la supervisión de Manny Delgado.
Otro de los grandes éxitos discográficos de Luis Lozada, fue el joropo en ritmo de gabán, La Gabana Blanca.
Además de sus propias canciones, cantó temas de distintos compositores de renombre como el poeta Rojas, Eladio Tarife, Juan Pablo López, Alexis Heredia, Manuel Luna, Alexis Prieto, Pedro Felipe Sosa Caro, José Oviedo, Antonio Heredia, entre otros. En “Cuentos del Arañero”, de Hugo Chávez, el Comandante le dedica una historia, en la que describe el día que “tuvo la dicha” de conocerlo.